Hoy la crónica no va de titulares ni portadas. Va de si, con este panorama mediático, aún nos queda margen para ponernos de acuerdo y avanzar como sociedad.
Vamos al lío.
Partimos de una idea sencilla: para que una sociedad funcione —y progrese—, hace falta cierto consenso. Y para alcanzar consensos, hay que partir de una realidad compartida.
Algo de perogrullo, ¿verdad? La realidad es la que es. No debería ser difícil compartirla.
Pues parece que ya no estamos ahí.
José Antonio Marina lo deja claro en La vacuna contra la insensatez: vivimos en una lógica en la que “Si lo que digo no concuerda con la realidad, la culpa es de la realidad, no mía.”
Y alerta sobre una lógica posmoderna que ha calado hondo:
La realidad no interesa, todo es discurso, y que quien se adueña del discurso, se adueña de la realidad.
La pregunta obligada es: ¿quién se adueña del discurso en 2025?
La referencia temporal es importante. Nos obliga a mirar hoy cómo se informa la gente.
Y estamos de suerte. Esta semana se han publicado dos fuentes clave: el segundo Estudio sobre Audiencias del Centro de Investigaciones Sociológicas y el informe anual del Instituto Reuters sobre medios e información1.
Nos centramos en el del CIS: más de 15.000 personas encuestadas y una radiografía bastante clara de cómo se informa la gente en España.
Los datos sobre el consumo de noticias nacionales muestran que la apropiación del discurso se reparte entre varios canales.
Un 70,4 % de las personas encuestadas (más de 15.000) se informa sobre España a través de la televisión. Un 54,9 % lo hace leyendo prensa —impresa o digital—. Por detrás quedan las redes sociales (51,3 %) y la radio (49,6 %).
Ahora bien, la cosa cambia cuando introducimos el factor edad.
Entre jóvenes de 18 a 24 años, un 87,3 % se informa por redes sociales. En el tramo de 25 a 34 años, el porcentaje es del 78,5 %. Muy lejos de lo que ocurre en los grupos de 55 a 64 años (43,3 %) o de 65 a 74 años (32,5 %).
¿Y la televisión? Justo al revés.
Solo un 56,2 % de las personas entre 18 y 24 años, y un 47,2 % del grupo de 25 a 34, recurren a ella para informarse. En cambio, la ven un 81,1 % de los encuestados entre 55 y 64 años, y un 85,7 % de quienes tienen entre 65 y 74.
Con este panorama, no queda otra que poner el foco en las redes sociales.
No solo porque una parte muy relevante de la población —especialmente los más jóvenes— se informa a través de ellas, sino porque ahí también se construyen relatos, se moldean opiniones y se refuerzan visiones del mundo.
Pero si queremos saber cuán lejos estamos de compartir realidades —y, por tanto, de alcanzar consensos—, no podemos quedarnos en eso de “las redes” como si fueran un ente abstracto.
No queda otra que arremangarse y entender cómo se distribuye la información y el contenido dentro de ellas.
Y volvemos a estar de suerte. Renée DiResta, investigadora y profesora en el Observatorio de Internet de Stanford, nos da algunas claves en su libro Invisible Rulers.
Los principales hallazgos del informe Reuters —como bien señala María Ramírez en eldiario.es— apuntan al peso creciente de los/as influencers: “Más ‘influencers’ y menos periodistas: las fuentes de noticias que aúpan a Trump y se extienden por todo el mundo.”
Pero la foto queda incompleta. DiResta suma a estos actores dos piezas más para entender el poder de las redes. Lo llama “la trinidad”: influencers, algoritmos y audiencias.
El tema tiene suficiente calado como para dedicarle una crónica a cada una de estas piezas.
Porque sí: de esta triada va a depender que podamos llegar a acuerdos.
Mientras tanto, date una vuelta por TikTok, Instagram o YouTube y busca los perfiles con más millones de visualizaciones.
Luego hazte esta pregunta: ¿Por qué estos contenidos atraen tanto a sus audiencias?
… continuará.
Bonus track 1. En Reino Unido, periodistas y organizaciones como Amnistía Internacional están reclamando al primer ministro, Keir Starmer, que actúe para proteger la libertad de prensa y garantizar la seguridad de periodistas y trabajadores de medios palestinos en los Territorios Ocupados.
¿Veremos algo así desde el periodismo español?
Bonus track 2. Los datos del informe Reuters para España señalan que la confianza en los medios ha caído a su nivel más bajo en la última década. Solo 3 de cada 10 personas (31 %) dice confiar en lo que identifica como noticias la mayor parte del tiempo.
Podéis leer el análisis que Fernando Varela hace en infoLibre sobre los datos del CIS, donde conecta consumo mediático y tendencias de voto. Muy interesante.